Neotelling

Foto de Katharina Franz vía Flickr

¿Podrías vivir sin internet? Quizá incluso eches de menos esa época de teléfonos de ruleta y ordenadores Spectrum. La generación Z, la que ahora está en el aula, no cree que aquel tiempo pasado fuese mejor. Optimizar la comunicación didáctica implica resolver una ecuación combinatoria con, al menos, dos factores: las TIC y la ORATORIA. Lo «nuevo» y lo «tradicional» conjugado para crear una forma diferente de comunicar. Parece difícil, pero ya lo hicimos antes. Permíteme que te transporte en el tiempo para comprobar cómo.

Antes de morir en la erupción del Vesubio, Plinio el Viejo nos dejó una enciclopedia titulada Historia natural, donde describe una prensa de tornillo inventada por los vinateros. Tal fue su utilidad práctica, que el artilugio sobrevivió a la sombría Edad Media. De hecho fue objeto de continuos ajustes para su aplicación a la producción de vino a gran escala.

Más de 1.300 años después, un joven alemán de Renania buscaba hacer dinero con los peregrinos del Camino de Santiago. Tras un frustrado negocio con espejos sanadores, el chico se fijó en la prensa vinícola, pero a él no le interesaba el caldo de la uva, sino las palabras: quería fabricar Biblias en serie para venderlas. Se hizo con una prensa y la modificó integrando tecnologías posteriores, como el tipo móvil de Pi Sheng, el papel o la tinta. Aquel joven era Johannes Gutenberg y su invento democratizó el acceso al conocimiento.

«La imprenta es un ejército de veintiséis soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo». Johannes Gutenberg

En el libro Neotelling. El arte de comunicar con tecnología, Rocío Martín plantea que la nueva filosofía comunicativa docente también debe integrar diferentes tecnologías y saberes (informática, oratoria, psicología, pedagogía…) para «reconectar» con el alumnado. Neotelling significa retomar el espíritu que originó la imprenta para desencadenar una nueva revolución educativa.

A los que pretendan seguir sustentando la comunicación didáctica en estrategias del pasado, como la pizarra y el libro de texto, les recomiendo una cita de Groucho Marx: «Paren el mundo que yo me bajo». Reflejará bien la impresión que supondrá comprobar que tu clase de zetas está desconectada de la escuela y que es la red la que colma su ansia de aprender. Un grupo educado por internet... ¡HORROR!

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